El Síndrome del Impostor: Cuando el éxito se siente como un engaño

¿Alguna vez has sentido que no mereces tus logros? ¿Como si en cualquier momento alguien fuera a descubrir que no eres tan bueno como aparentas? Si la respuesta es sí, probablemente hayas experimentado el llamado Síndrome del Impostor.

¿Qué es el Síndrome del Impostor?

El Síndrome del Impostor es un fenómeno psicológico en el que personas capaces y competentes dudan de sus propios éxitos y temen ser descubiertas como “fraudes”. A pesar de evidencias externas de sus logros, tienen la sensación recurrente de no estar a la altura. No se trata de un trastorno mental oficial, sino de un patrón de pensamiento que puede afectar a cualquier persona, sin importar edad, género o profesión.

Orígenes y primeros estudios

La primera vez que se habló de este fenómeno fue en 1978, gracias a las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes. Estudiando a mujeres con altos logros profesionales, notaron que muchas atribuían sus éxitos a la suerte o a factores externos, en vez de reconocer su talento y esfuerzo. Publicaron estos resultados en el artículo “The Impostor Phenomenon in High Achieving Women”, abriendo las puertas a investigaciones posteriores.

¿Por qué sentimos que no somos suficientes?

Desde la psicología, se entiende que el Síndrome del Impostor suele surgir en personas perfeccionistas, con baja autoestima o que han crecido en ambientes muy exigentes. Factores sociales también influyen, como la presión por alcanzar estándares altos o el miedo a defraudar a figuras de autoridad.

El cerebro, acostumbrado a protegernos de posibles fracasos, puede generar pensamientos autocríticos que buscan anticipar el rechazo. Así, aparecen frases como “no soy tan talentoso” o “me eligieron por error”.

Experimentos clave sobre el Síndrome del Impostor

Uno de los experimentos más conocidos fue realizado por la psicóloga Gail Matthews, quien investigó cómo afecta este síndrome al desempeño académico y profesional. Sus estudios demostraron que quienes sufrían del Síndrome del Impostor tenían más probabilidades de subestimar sus capacidades y evitar retos, aunque sus resultados objetivos fueran altos.

Otro experimento relevante fue llevado a cabo por la Universidad de Salzburgo, Austria. Los investigadores pidieron a un grupo de estudiantes que resolvieran problemas complejos y, tras cada éxito, les preguntaron sobre la causa de su buen desempeño. Quienes puntuaron alto en escalas de “impostoría” tendían a atribuir sus logros a la suerte o la ayuda externa, mientras que quienes no presentaban el síndrome lo atribuían a su esfuerzo y habilidades.

En el campo laboral, un estudio de la doctora Valerie Young reveló que el Síndrome del Impostor no distingue jerarquías: desde estudiantes universitarios hasta directivos de grandes empresas pueden sentir que no merecen su posición. Este fenómeno incluso afecta a celebridades, artistas y científicas reconocidas mundialmente.

Curiosidades sorprendentes

  • El término “impostor” no implica engaño real. Muchas personas con el síndrome cumplen y hasta superan las expectativas, aunque internamente estén llenas de dudas.
  • Albert Einstein y Maya Angelou lo vivieron. Ambos confesaron, en algún momento de sus carreras, sentirse como fraudes pese a su éxito mundial.
  • La comparación constante con personas en redes sociales puede aumentar la sensación de impostoría, ya que solemos comparar nuestro “detrás de cámaras” con el “escaparate” de otros.

¿Cómo enfrentarlo?

La buena noticia es que existen estrategias para reducir la influencia del síndrome. Hablar abiertamente sobre estas sensaciones, buscar retroalimentación objetiva, reconocer los propios logros y aceptar que nadie es perfecto pueden ayudar a debilitar la voz de la duda.

Recordar que el error es parte del crecimiento y que la autenticidad no requiere perfección es vital. El Síndrome del Impostor no se elimina de la noche a la mañana, pero empezar a cuestionar los pensamientos autocríticos es el primer paso para recuperar la confianza.

Una invitación a la autenticidad

Nadie está solo en este viaje de dudas y autodescubrimiento. Reconocer el Síndrome del Impostor es ya un acto de valentía y una oportunidad para abrazar el verdadero valor personal.

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Sebastián Villanueva

Director del Centro Sanitario ESTUPENDAmente! en El Puerto de Santa María (Cádiz). Psicólogo Sanitario (Col. M-33875). Responsable del Área de Psicología Afirmativa y Diversidad LGBTIQ+.